El Castillo de Monzón, construido por la Orden del Temple, supuso un foco importante para el despegue económico de la zona que durante su estancia entre los años 1143 y 1309 y que después heredarían la Orden de los Sanjuanistas. Los templarios potenciaron la tradición agrícola de la zona aprovechando los sistemas de regadío. De hecho, la localidad de Estiche, todavía conserva las marcas templarias sobre sus puertas, dando testimonio de ello. Renovaron los caminos y puentes conservados desde la ocupación romana y musulmana en nuestro territorio pero, sobre todo, crearon una red económica-financiera apoyada en su relación con la población judía de la zona que se encontraba en una situación pujante en ese momento.
No menos importante es la Concatedral de Santa María del Romeral de Monzón, lugar donde se celebraron eventos tan importantes para la historia de nuestro país como son las Cortes de Aragón, a las que acudía el Rey y todos los nobles, clero y representantes de ciudades para presentar sus quejas, discutir y organizar acontecimientos tan importantes como las conquistas de territorios de ultramar e incluso para legislar.